Actualmente Chile produce 1.400.000 toneladas diarias de relaves como consecuencia de la producción de cobre fino, que no es lo mismo que hablar de “desechos” mineros, pues este concepto comprende además botaderos de material estéril, ripios de lixiviación, escorias de fundición, etc. Ese es uno de los datos esclarecidos por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), a través del seminario Manejo de Depósitos de Relaves: Experiencias y normativa, realizado en la ciudad de La Serena, región de Coquimbo.
El director nacional de la institución, Rodrigo Álvarez Seguel, dijo al respecto que “el crucial que todos los sectores aúnen esfuerzos para aportar las condiciones que favorezcan una discusión permanente, realista y seria sobre la producción de relaves en Chile. No existe minería sin relaves, y las cifras evidencian que la producción de éstos seguirá al alza al menos durante las siguientes dos décadas. Este es un tema que acompaña la enorme cantidad de utilidades e impuestos generados por la minería. Para que la producción de riqueza sea más sustentable, se requiere una discusión realista y progresiva sobre nuevas herramientas institucionales, técnicas y tecnológicas que permitan abordar estos desafíos”.
Según se indicó, desde 1992 a la fecha la ‘ley mineral’ (es decir, la pureza con que se encuentra el cobre) ha caído visiblemente. En Chile 46%, y en el resto del mundo 23% en promedio. O sea, se transitó de una ley de 1,6% hasta una de 0,87% en promedio. “En concreto esto significa que en la década de 1990 había que sacar una tonelada de material para obtener 16 kilos de cobre fino. Hoy, sólo se consiguen 8 kilos de mineral en promedio. Y como está mejorando la tecnología de extracción, se está explorando hasta por una ley de 0.3%, a mayor profundidad y en condiciones de relieve cada vez más extremas. Así como las reservas probadas de cobre permiten inferir que la producción minera seguirá al alza durante al menos dos décadas más, lo lógico es proyectar que los relaves seguirán con un crecimiento exponencial”, señaló Álvarez.
Respecto del control y fiscalización de este tema, Chile dispone de la institucionalidad ambiental en general (creada en 1994 y reformada en 2010), y en particular de la Ley 20.551 que Regula el Cierre de Faenas e Instalaciones Mineras. Esta norma obliga a garantizar ante el Sernageomin los fondos para realizar en el futuro el cierre adecuado de los yacimientos ya explotados, mediante medidas de gestión ambiental para la estabilización física y química de las instalaciones.
Al respecto, el ente fiscalizador señaló que «todas las normativas actuales, generadas en las dos décadas recientes, han sido un gran aporte, pero es claro que no se hacen cargo de los relaves cerrados y/o abandonados antes de la publicación de las leyes ambientales y de cierre de faenas, y tampoco se trata de normativas equivalente a la restauración o remediación ambiental de algunos países desarrollados. En este sentido hay bastante por perfeccionar, y por eso es importante que este tema sea analizado de manera abierta, seria y también realista, con participación de todos los sectores”.
Francisca Falcón, jefa del Departamento de Relaves del Sernageomin, señaló que “la región de Coquimbo concentra el 52% de los depósitos de relaves del país, con predominancia de los tranques. La mayoría de ellos corresponde a la pequeña minería, y fueron construidos con el método de aguas arriba, el cual desde 1970 no se admite como método de construcción de depósitos. La visión actual es tender a superar esta situación con nuevos proyectos que se ajusten a las normas vigentes de construcción y operación de relaves”.
A afectos de disponer de un Catastro Nacional de Depósitos de Relaves más actualizado y útil, el Sernageomin creó en 2014 el Departamento de Depósitos de Relaves, con el propósito de generar metodologías ad hoc en la fiscalización de los depósitos de relaves e incorporar indicadores químicos de cada una de estas estructuras. Según se informó, próximamente ingresará al Congreso un proyecto legal que da más atribuciones al Sernageomin para clausurar instalaciones mineras inseguras.
El Reglamento para la Aprobación de Proyectos de Diseño, Construcción, Operación y Cierre de Depósitos de Relaves (2007), señala que un depósito de relaves es toda obra estructurada para contener los relaves provenientes de una planta de concentración húmeda de especies minerales. En este sentido, se distinguen cinco tipos de depósitos de relaves en Chile:
1°) El embalse, que implica un muro de contención construido con material de empréstito (por ejemplo, sacado de un cerro aledaño) y que se encuentra impermeabilizado en el coronamiento y en su talud interno; 2°) depósito de filtrados, donde los relaves son previamente sometidos a un proceso de filtración para que su humedad sea inferior a 20%; 3°) depósito de pasta de relave, que presenta una situación intermedia entre el relave espesado y el filtrado, y su depósito no requiere compactación; 4°) depósito espesado, que implica un proceso previo de sedimentación para eliminar una importante cantidad de agua presente en el relave; y 5°) tranque de relaves, que implica la construcción de un muro de contención construido con la fracción más gruesa del relave (arena).-